EL PRIMERO ES CUANDO NO VEMOS A QUIÉN NOS DEJÓ, EL SEGUNDO ES CUANDO SOMOS INVISIBLES.
Tecnología. Es un recurso que ha contribuido al abandono emocional.
La palabra abandono evoca pensamientos de tristeza cuando se aplica este término a las relaciones que podrían establecerse con algún ser querido, quienes por alguna razón ya no están en nuestras vidas.
El abandono ocurre cuando un vínculo entre dos o más personas se rompe de forma brusca por el alejamiento o el corte emocional de una de las partes. Pensar en abandono usualmente se aplica al momento en que un padre o una madre deja a sus hijos para no volver más, o cuando una pareja decide dejar a la otra por una tercera persona o porque prefiere irse de su lado por diversas razones.
Empero, el abandono es mucho más que dejar de estar presente físicamente al lado de alguien. A diario se puede ver a personas inmersas en el trabajo, la productividad y la competencia por tener bienes materiales, puede notarse cómo los padres están cada vez más ausentes de la vida de sus hijos y cómo las parejas se comunican cada vez más a través de aparatos inteligentes.
Esto sustituye en ocasiones el contacto directo a través de una llamada o un encuentro. También se observa a personas solitarias deambular por las calles acompañadas de un aparato tecnológico, niños con dificultades para sociabilizar y cada vez más alto el índice de ansiedad y depresión en la consulta de salud mental.
El abandono emocional es uno de los más frecuentes y a la vez puede dejar consecuencias importantes en el desarrollo de los individuos, creando sentimientos de inseguridad, baja autoestima, desconfianza y, en ocasiones, dificultades para crear y establecer nuevos vínculos por temor a ser nuevamente abandonados. El abandono físico y emocional deben tratarse, pues el temor a sufrirlo puede resultar en relaciones tóxicas, dependencia emocional y depresiones.
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